Caos en el transporte
Operar en medio de una interrupción histórica en el comercio mundial
Un cliente de Dubai llamó en noviembre pasado en pánico. Agotado, me apeló personalmente para ver si podíamos cambiar rápidamente un pedido de carga de contenedores. Llamé al presidente de nuestro cliente fabricante, con sede en California, quien se comprometió a producir el pedido en cuatro semanas. Nuestro cliente se sintió aliviado.
Dos semanas más tarde, el fabricante informó que habría un retraso de producción de 90 días debido al tiempo de entrega inesperadamente largo en una pieza de componente crítico. Cuando asesoramos a nuestro cliente en Dubai, entró en pánico; necesitaba que encontráramos una solución. Afortunadamente, localizamos en nuestro almacén una pequeña cantidad de los productos que necesitaba y se los enviamos en avión en la semana. A regañadientes aceptó esperar otras diez semanas para que se enviara el resto de la orden.
Pero para frustración de nuestro cliente, el retraso de 90 días se extendió a 120 días. Finalmente, a finales de febrero, nos informaron que el pedido estaba construido y disponible para su recogida. Nuestro equipo de tráfico inmediatamente comenzó a trabajar con el reenviador del cliente para identificar un barco de vapor con destino a Dubai y un camionero que pudiera asegurar un contenedor para la carga. Pero esto no era lo de siempre. El camionero del transitador no pudo localizar un contenedor, simplemente no había ninguno disponible, y nos perdimos la navegación. La siguiente navegación fue de al menos tres semanas. El presidente de la fábrica con el que hablé por primera vez en noviembre llamó para quejarse de que la orden ahora está abarrotando su muelle de carga y necesitaba que le pagaran. Y, por supuesto, nuestro cliente está indignado. Hoy, tres semanas después, seguimos buscando una reserva de transporte segura.
Desde que la demanda de productos comenzó a regresar en la segunda mitad del año pasado, historias como esta se han vuelto frustrantemente comunes. Como se explica en un artículo del New York Times del 7 de marzo titulado 'Nunca he visto nada como esto': el caos golpea el transporte marítimo global", son parte de un fenómeno comercial global: una mayor demanda en medio de una escasez de espacio en buques de vapor y aviones de carga y menos camioneros y contenedores de carga disponibles.
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Una serie de factores han contribuido a la situación actual. Si bien la pandemia redujo el gasto en servicios como viajes, hoteles y restaurantes, la demanda de productos que las personas compraron para sus hogares se disparó. Muchos de estos productos son importaciones de China. El aumento resultante en las exportaciones de China abrumó a la industria de los barcos de vapor. Simplemente no hay suficientes barcos de vapor y contenedores de carga para mantener el ritmo de la demanda. Los asuntos de composición para los proveedores estadounidenses, que dependen en gran medida de las piezas y materiales importados, Puertos de California, que según un artículo reciente del Wall Street Journal son responsables de más de un tercio de todas las importaciones de Estados Unidos, han sido perseguidas por una severa congestión desde el verano pasado. El resultado ha sido un aumento de los precios de los bienes y los servicios de transporte y retrasos sin precedentes en la fabricación y el envío.
Entonces, ¿qué debemos hacer aquellos de nosotros en el negocio de la fabricación o la distribución?
Cuando le hice esta pregunta recientemente al gerente de tráfico de Dorian Drake, Nydian Suárez, ella respondió con una palabra: "Pre-libro". Con esto, por supuesto, quería decir que al planificar un movimiento de carga, debemos asegurar una fecha de disponibilidad firme del fabricante e inmediatamente apuntar a un barco de vapor que navegue o un vuelo de carga y localizar a un camionero, quien a su vez puede organizar la recogida y entrega en el puerto. Reservar el flete con anticipación, explicó Nydian, es una práctica estándar para su departamento, pero la necesidad de reservar con anticipación ahora ha adquirido una mayor importancia.
Muchos de nuestros clientes fabricantes se enfrentan a desafíos similares (uno de ellos nos envió recientemente un aviso de fuerza mayor de uno de sus proveedores), por lo que los plazos de entrega de muchos fabricantes que antes eran, digamos, cuatro semanas, ahora son de 10 semanas, 12 semanas o más. Peor aún, algunos fabricantes simplemente no pueden comprometerse con una fecha de disponibilidad en absoluto.
La otra parte de esta ecuación, por supuesto, reside en los importadores con los que trabajamos en todo el mundo. Más de unos pocos de estos importadores prefieren esperar hasta que su pedido esté listo para ser recogido antes de buscar y seleccionar un agente de carga. Si bien normalmente nominar a un reenviador al final del proceso de producción, nunca una buena práctica, podría llevar a un retraso de una semana o dos, en el entorno actual podría resultar en un retraso de un mes o más, lo que resulta en el tipo de desorden colectivo que describimos con nuestro pedido de Dubai. Y luego están los pedidos que están supeditados a un pago total o parcial antes del envío, que, si no se realiza a tiempo, podría conducir nuevamente a retrasos inusualmente largos y costosos. Para evitar retrasos, los importadores son prudentes para nominar a los transitarios al principio del proceso y planificar el cumplimiento de sus compromisos de pago anticipado a tiempo. También podrían ser prudentes para planificar sus compras con más anticipación y planificar mantener más existencias.
Aparte de planificar con anticipación, quizás lo más importante que todos podemos hacer en este momento es ser brutalmente honestos sobre las expectativas de entrega y comprender y responder cuando las cosas no salen según lo planeado. También podríamos acostumbrarnos a esto. Los expertos de la industria creen que podrían pasar muchos meses antes de que el comercio mundial vuelva a ser lo que era antes de Covid-19.
Ed Dorian Jr.
Riverside, CT
21 de marzo de 2021